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Estancia El Zorzal,
tarde de domingo nublada
y desolada.
La nostalgia besaba las horas
y renacían
punzantes crueles instantes.
Columpiaba mi cuerpo
al ritmo de la desesperanza.
Los cedros lloraban tu ausencia
al igual que mi alma mustia.
Asomaba el atardecer,
el firmamento brillaba
al igual que lagrimas
esparcidas hasta desbordar.
Los cedros impasibles
testigos de mi dolor.
tarde de domingo nublada
y desolada.
La nostalgia besaba las horas
y renacían
punzantes crueles instantes.
Columpiaba mi cuerpo
al ritmo de la desesperanza.
Los cedros lloraban tu ausencia
al igual que mi alma mustia.
Asomaba el atardecer,
el firmamento brillaba
al igual que lagrimas
esparcidas hasta desbordar.
Los cedros impasibles
testigos de mi dolor.
© Kellypocharaquel.-
1 comentario:
Mi querida Raquel, leo un bello poema en que la tristeza está prendida en sus letras. Espero que sean lágrimas de un poeta y no sean las suyas.
Gracias
Con ternura les dejo un beso.
Sor.Cecilia
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